Parece que llega ya el frío invernal a Bilbao, y para
combatirlo qué mejor que un buen café caliente. Eso sí, no vamos a tomar el
café solo, ¿no? En mi familia, el café de la sobremesa siempre se acompaña con
galletas, pastas… Así que me he puesto manos a la obra y he hecho mis propias pastas
para el café.
En verdad son galletas de mantequilla,y su sabor es como el
de las típicas pastas danesas de toda la
vida, las de la caja azul. Son las galletas que suelo hacer cuando hago
galletas decoradas, aunque un poco más gorditas. En vez de decorarlas, me
limité a sumergirlas en chocolate fundido, y han quedado deliciosas. Solo las
he sumergido hasta la mitad, para poder tener las dos cosas: el sabor de las
pastas de mantequilla y el sabor de las pastas cubiertas de chocolate.
Usé diferentes cortadores, las más pequeñitas las hice dobles
y las rellené con chocolate, una auténtica y exquisita bomba. Y por si acaso
hay alguien a quien no le guste el chocolate (hay gente muy rara por el mundo,
jejeje) dejé unas pocas sin sumergir y las añadí un poco de azúcar con sabor a
manzana asada.
Y vosotros, ¿con qué acompañáis el café?
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