Receta Pasteles de Belem

Tal y como me pasó el año pasado, este año me he vuelto a enganchar a MasterChef, así que ya sabéis cuál fue mi plan del miércoles por la noche. Esta semana, en el cuarto programa de esta temporada, los concursantes de MasterChef tuvieron que ir a Lisboa, y entre otros platos típicos, preparar los famosos Pasteles de Belem, o una aproximación, ya que la receta de los originales es súper secreta. Y claro, me entró tanto chincho de uno, que decidí que yo también tenía que prepararlos en casa.

Ya sabéis que yo soy muy partidaria de facilitarme la vida, más que nada porque no me da tiempo a todo a lo largo del día, y o alargan los días a 28 horas, o me tengo que ir quitando “obstáculos”. Así que después de mirar muchas recetas, unas más fáciles y otras más difíciles, esta fue mi versión de los Pasteles de Belem.

Receta Pasteles de Belem, versión Supertartas.

Ingredientes para 9-10 pasteles:

6 yemas de huevo

100 gramos de azúcar

375 ml de nata

Masa de hojaldre

Canela

Elaboración:

Mezclamos las 6 yemas de huevo con los 100 gramos de azúcar. Le agregamos la nata y ponemos en el fuego, hasta que hierva, sin dejar de revolver. Retiramos y dejamos enfriar.

Estiramos la masa de hojaldre ligeramente con un rodillo (yo utilizo la masa de hojaldre refrigerado del Lidl) y lo pintamos ligeramente con clara de huevo. Lo enrollamos sobre sí mismo. Una vez enrollado, cortamos rodajas de unos 2/3 cm de ancho. Ponemos los trocitos de hojaldre en los moldes, que habremos untado antes con mantequilla. Aplastamos hasta cubrir el molde, quedando más gorditos los bordes, y pinchamos con un tenedor ligeramente el fondo de lo que va a ser el pastel, así nos aseguramos de que el hojaldre no suba.

Ya con la masa fría, rellenamos lo que van a ser nuestros pasteles, sin llegar hasta el borde. Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo, donde deberemos dejar nuestros pasteles unos 30 minutos. Como cada horno es un mundo, lo importante es que queden doraditos por arriba.

 Una vez hechos, espolvoreamos ligeramente con canela, dejamos enfriar, desmoldamos y … ¡¡¡listos para comer!!! Os aviso que quedan buenísimos y no podréis comer solo uno.