Mi hijo acaba de cumplir un añito, y por supuesto, tenía que tener su propia tarta personalizada con fondant. Quería hacer una tarta relacionada con algo que le gustase, a lo que el tuviese un apego especial, como la tarta de su bautizo que copié la mantita de peluche con la que duerme. Así que decidí copiar uno de los patitos de goma con los que juega a la hora del baño.
Ya veis que es una tarta sencilla y no muy grande, de bizcocho genovés y relleno de mousse de chocolate suave. No recargué mucho la decoración por dos razones:
- Quería darle protagonismo a la réplica del pato de goma. Era la primera vez que modelaba uno y quedé muy contenta con el resultado.
- Con el calor que está haciendo estos días, manejar el fondant se hace prácticamente imposible, así que las decoraciones muy complicadas las descarté para no correr el riesgo de fastidiarla con la tarta a medio decorar. De hecho, me fué imposible dejar el fondant que cubre el pastel perfectamente liso como otras veces.
La tarta tiene el toque infantil que andaba buscando, y a la vez tiene unos colores alegres y que creo que combinan muy bien entre ellos, ¿no os parece? La veo perfecta para un cumpleaños de un niño o niña pequeños, de 1 o 2 años. Le pones una velita para que el pequeño homenajeado la sople y ¡perfecto!
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